
Pensando, pensando... sonriendo sin querer, sonriendo porque sí, escribiendo sobre absurdos y sensaciones contrarias... pensando, pensando, sonriendo, escribiendo.
Escribiendo quizás un poema, quizás un cuento o una estupidez, al final todo es fábula, como bien dijo Cortázar en su laberíntica Rayuela que ningún niño* pudo jugar jamás. Escribiendo un poco sobre todo y sobre nada, sobre lo que pienso en el instante,futuro>>> y sobre lo que nunca podría pensar; robando palabras de la música, del cantante de voz afeminada y guitarra curvilínea, robándole un poco al frío que se duerme entre mis dedos lerdos...
Pensando en la distancia que puede separar los corazones, desgarrar el alma, enfriar el amor, o bien dar vida al espíritu, avivar los sentimientos, alimentarlos como una larva en su capullo, silenciosamente, casi inmóvil como una interfase de células tristes y cargadas de años o kilómetros. ¿Dije kilómetros?, mejor años luz; luz como la de los ojos café claro de la ,venezolana..... que me atendió en la tienda, una esquina de Quinta Normal.
Si... yo sigo pensando, pensando, sonriendo, a veces llorando, escribiendo, amando las palabras como amo una vetusta camiseta de 4 año medio en que tiene pasado, llena de años y agujeros y olor a jabón azul y tela vieja; vieja como mi vieja abuela que recuerdo con su sonrisa trabajosa y su café caliente por las tardes, su taza marrón y su ropa elegante como en aquella fotografía pegada entre las primeras páginas de uno de los álbumes de mi casa, o mejor dicho, de "la casa", porque... ¿mío?... no, mio no es nada, mio no es mi padre, ni mi casa, ni mi aliento, ni aún las zapatillas rojas que a nadie le gustan si no a mí...y por eso deberían ser míos, ya que nadie mas los quiere, pero por defecto no puedo hacerlos míos: ellos son suyos, y solo suyos, como el aire y los árboles; no son de todos, como dicen algunos ignorantes, sino que son de sí mismos. Y si se niegan a tenerse no son de nadie... supongo que eso es la libertad en la mayoria hoy en dia solo escusa en diversa cultura da igual al final nadien es libre es solo ver el enterno: ser propio o no ser de nadie... y pensando pensando... sonriendo, amando, llorando de vez en cuando. Aqui sigo, y como dijo ese viejo filósofo cuyo nombre no merece ser recordado sino sus palabras: solo sé que no sé nada. Y solo sé que no sé nada y por tanto nada tengo, solo estas palabras , absurdas o valiosas, quién sabrá...
*Ningun niño jugó esa rayuela, porque para jugarla había que envejecer y encontrar la sabíburía de las palabras absurdas y devolverse a la niñez, habiendo rechazado esa estúpida complicación.
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