Buda, que significa “el iluminado”, es el nombre que recibió el príncipe de la India, Siddharta Gautama Sakyamuni, quien a través de la meditación percibe ideas y pensamientos transformadores de vida para conseguir la felicidad interior, éste transmite a sus seguidores estas enseñazas, las cuales las divide en cuatro realidades: “La vida es un sufrimiento”, “El origen del sufrimiento es el deseo”, “ La liberación del sufrimiento se puede alcanzar mediante el nirvana o extinción del sufrimiento” y “El camino para el nirvana es el dharma, la ley”
“La vida es un sufrimiento”, al reflexionar en estas palabras que no es una simple oración, sino un pensamiento de mucha profundidad, pues no es lo mismo un dolor que un sufrimiento, el primero tiene relación con lo biológico, con la adversidad y el segundo es una actitud ante la vida, la cual no es casual, se pudiera dceir que esto tiene relación con el hecho de: “no es lo mismo sentir miedo que tener miedo”.
Entonces, entorno al dolor, puedo decir que éste es ineludible, tal vez, no hay forma de como escapar de él, no obstante puede ser pasajero, se presenta de diferentes formas en nuestras vidas: Con enfermedades, perdida de un ser amado, carrera infructífera, decisiones incorrectas, relaciones destruidas, problemas económicos y cuantas cosas más. El dolor es parte de lo que algunas personas llaman fracaso, pero, ¿Existen los fracasos? es probable, que lo que no se formulen sean objetivos claros, y al no tener los objetivos claros, bien específicos, no obtendra los resultados esperados.
Sin embargo, si existieran los fracasos, para que temerle, en muchas ocasiones son sólo aparentes, pues más tarde cuando todo pasa y el tiempo ayuda un poco olvidar, se comprende que eran insignifícates y aun cuando para el momento de los acontecimientos se les dió mayor importancia de lo que realmente requería. En este sentido, estas situaciones pueden ser dolorosas y evidentemente, el dolor es inevitable, por lo tanto, lo que es inevitable no debe lamentarse en exceso., pues, algo que ya ha sucedido no puede cambiarse y pertenece al pasado, de modo que es inútil perder tiempo pensando que podría haber sido de otro modo. de tal manera, que los males inevitables hay que transfórmalos en cosas positivas, reencuadrando y reservando nuestra energía para ahorrar los males evitables.
Aunque muchas veces no se pueda evitar el dolor, pero, sí se puede tener un proceso de aprendizaje – enseñanza, con éste se puede tomar a esas situaciones dolorosas como referencias, como lecciones para aprender a mantener una actitud positiva ante situaciones difíciles, aprender a vivir, a producir, a progresar y ser agradecidos con las cosas que cada ser humano le toca vivir.
Al respecto, se puede citar al escritor, filósofo Miguel de Unamuno, quien dice “No hay nadie menos desafortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad para poner aprueba sus capacidades”. Considerando estas palabras, se puede señalar, que no es más grande el que nunca fracasa sino el que habiendo fracasado surge aleccionado con fuerza, con vigor y se levanta con ánimo con más decisión, se puede citar el proverbio chino “siete veces caído ocho levantado”.
Por otra parte, el sufrimiento va más allá, es limitador, es el que bloquea los pensamientos, por ende los proyectos, el crecimiento personal y por supuesto el desarrollo profesional. De allí, que este sentimiento aparta al ser humano de la integración en la experiencia inmediata, lo distancia y lo mantiene alejado de los demás, se podría decir que el sufrimiento en sí mismo es peor que el propio evento doloroso que lo originó.
En este contexto, se puede señalar que el sufrimiento, es causado por los miedos, descontento, negatividad o insatisfacción que a menudo embarga a las personas; unas veces es a causa de un dolor o pérdida, pero otras es también una forma de responder a cualquier dificultad cotidiana de forma negativa, refleja nuestro interior, nuestro espíritu, ese tener miedo interno.
Ahora bien, como se origina ese sufrimiento, se produce por nuestros pensamientos, creencias, valores, paradigmas, experiencias pasadas, por la forma como estoy representado en mi mente las cosas. Sufrimos porque no conocemos, vivimos en una dicotomía porque somos seres naturalmente conflictivos.
El sufrimiento siempre engloba una fantasía, un temor, un pensamiento o un comentario que se interpone entre la persona y su experiencia real. La fantasía acerca de un dolor, ya sea verdadero o totalmente imaginario, acapara la atención de la persona, por lo tanto, la descentra y la aísla. De tal manera, que surge, la interposición del descontento o del miedo entre la experiencia y el significado de ésta crea la aflicción que paraliza a la persona.
sobre la base anterior, se puede señalar que el ser humano crece en laberintos de confusión, en dicotomía, bipolaridad, hasta que un día no resiste mas, pues se encuentra con que el amargo que se hizo hiel, entoces, es cuando se crea conciencia y se decide hacer un alto, se logra encontrar el impulso de la creación, entender que es la misma persona quienes crean ese estado mental, es por ello que se sienten victimas de la circunstancia, cuando en verdad esta no está allí sino que sencillamente se construye, por lo tanto las personas se dan cuenta que todo ese sufrimiento por el cual pasaron fue generado por ella mismas y que este sufrimiento es adicional al dolor o pérdida inevitable que se ha producido en sus vidas.
Esto implica que, a través de la aceptación y comprensión del verdadero dolor se empieza a desarrollar el conocimiento y la compasión, que son los callados beneficios que se pueden obtener de la adversidad. De igual manera, sí toma el sufrimiento y el dolor como fuerzas transformadoras, si les hace frente con sinceridad contribuirá a debilitar estas emociones. Asimismo, sucedería sí se acepta al dolor como parte de la vida. Como dice un refrán popular “De hombres es sentir los males, y flaqueza no sufrirlos”.
En este sentido, es conveniente hacer una analogía, con el pensamiento de Descarte. Este filosofo busca, con el famoso “pienso, luego existo”, un principio que parece resistir todas las declaraciones de la duda ordenada, basada en el engaño de los sentidos, pues el existo, del que habla Descartes, no se refiere a la existencia como algo corporal sino únicamente como pensamiento. Por ello no tendría sentido afirmar, por ejemplo, respiro, luego existo o camino, luego existo, ya que, para llevar a cabo estas funciones, se necesita del cuerpo y de los sentidos y éstos siguen estando prisioneros de la duda metódica. Tampoco se ve afectado por el mundo de los sueños, ya que esté uno dormido o despierto, la existencia del pensamiento es algo evidente. Pero, si puedo afirma “Sufro, entonces existo”.
Cada uno de los seres humanos que ocupa es hermoso planeta azul, es una dendrita, creación de Dios única, que viene metidos en un cuerpo sin la remota idea porque se está aquí, lo que sí ya sabe, es que se viene con una capacidad limitada por los cinco sentidos y aferrados a reglas y mitos que sean he inventado, entonces se hace todo lo posible para cumplir con los mitos y las reglas, pero de antemano se sabe que no se pueden cumplir, por lo que se comienza la odisea unida con la tragedia logrado con ella, el cometido final, sufrir.
Ahora, esa situasión se puede cambiar, pues los seres humano son mucho más que un cuerpo, porque lo que pueden crear el cielo en la tierra, pues el cielo es tan sólo un estado de conciencia, el cual permite apartar a las personas del sufrimiento, es una cuestión de conscientizar, pero tal vez esto produce miedo, porque conscientizar es crecer, crecer es cambiar y todo cambio produce temor de experimentar algo nuevo, la inseguridad de pensar que se puede fallar o fracasar, o simplemente no adaptarse.
Esta situasión, no es fácil pero tampoco imposible hacer un compromiso consigo mismos para poder cambiar todo lo negativo y pasar a una nueva etapa la cual permitiría mejorar y poder desarrollar las virtudes de cada persona, todo lo bueno que se lleva por dentro, para vivir reconciliado consigo mismos y con las demás personas, con la naturaleza, con Dios, para que nunca falte la paz profunda de la conciencia y la serenidad plena e interminable que según el hinduismo o budismo es alcanzar nirvana.
Hoja. escaneada
"Sentidos"