viernes, 30 de septiembre de 2011
sábado, 24 de septiembre de 2011
TEMPS
Un gran velo blanco,
delante de nosotros es tirado,
enmascarada la flor del tiempo,
qué se adivina secada,
Rayando la tela de una raya efímera,
El tallo del tiempo, cortada pero siempre renovada,
Es para el hombre, como la flor, sólo una quimera….
hipocresía disfrazada de negro,
tranquilidad perturbada por tareas rojas,
tachaduras rompen la máscara,
La puerta se abre,
una silueta a lo lejos,
se coge,
tal escritor a las horas perdidas.
Ouro de Tolo
Yo debía está contento por tener un empleo
Soy un ciudadano respetable
Y gano cuatro mil por mes
Yo debía agradecer al señor
Por haber tenido sucesos en la vida como artista
Yo debía está feliz porque
conseguí comprar un modelo 73
Yo debía está alegre, satisfecho
Por vivir en Ipanema después de haber pasado hambre
Por dos años, aquí, en la ciudad maravillosa
Yo debía está contento y orgulloso
Por haber finalmente haber vencido en la vida
Pero yo creo esto es una grand mentira
tanto como peligrosa
Yo debía estar contento por haber conseguido
Todo lo que quise, pero confieso
Espantado que yo estoy decepcionado
Porque fue tan fácil conseguí
que ahora yo me pregunto, y dai?
Yo tengo una poción de cosas grandes para conquistar
Y yo no puedo quedarme aquí parado
Yo debía está feliz por el señor haberme concebido
Un domingo para irme con la familia al jardín zoológico
Dar bananas a los macacos
Ah, pero que sujeto tonto soy yo
Que no cree nada engraçado
Macacos, playa, auto, periódico, tubogã
Yo creo todo eso un odio
si te miras al espejo
Te sentirás un grandísimos idiota
Saber que eres humano, tonto, limitado
Que usa diez por ciento de tu cabeza animal
Y que todavía crees que un doctor
Padres o policía que está contribuyendo con su función
Para nuestro bonito cuadro social
Yo que no me siento el trono de un apartamiento
Con la boca desencajada, llena de dientes
Esperando la muerte llegar
Porque lejos de las cercas alambradas
Que separan los campos
Energía es el calmo de mi ojo que ve
Se acerca la sombra sonora de un disco volador
martes, 20 de septiembre de 2011
Septiembre Fiestas patrias en Cachagua-chile junto a mi amigo Jhon
Azul como el cielo y océanos
Blanco como la nieve de la cordillera y montañas de los más alto de los Andes
Rojo como sangre vertida sobre la lucha nacional, guerras victoriosas e independencia
lunes, 19 de septiembre de 2011
domingo, 18 de septiembre de 2011
martes, 13 de septiembre de 2011
lunes, 12 de septiembre de 2011
El reflejo de la politica publica y seguridad ciudadana, como problema despues de ofrecer soluciones
G rojas.
domingo, 11 de septiembre de 2011
El Aplastamiento de las Gotas
afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana,
se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea,
ya va a caer y no se cae, todavía no se cae.
Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes mientras le crece la barriga, ya es una gotaza que cuelga majestuosa y de pronto zup ahí va, plaf, deshecha, nada,
una viscosidad en el mármol.
Pero las hay que se suicidan y se entregan en seguida,
brotan en el marco y ahí mismo se tiran,
me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse.
Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.
Bolaño
viernes, 9 de septiembre de 2011
domingo, 4 de septiembre de 2011
sábado, 3 de septiembre de 2011
sueño y vida
Memoria mutilada
La memoria de pocos se impone como memoria de todos. Pero este reflector, que ilumina las cumbres, deja la base en la oscuridad. Los que no son ricos, ni blancos, ni machos, ni militares, rara vez actúan en la historia oficial de América Latina: más bien integran la escenografía, como los extras de Hollywood. Son los invisibles de siempre, que en vano buscan sus caras en este espejo obligatorio. Ellos no están. La memoria del poder sólo escucha las voces que repiten la aburrida letanía de su propia sacralización. "Los que no tienen voz" son los que más voz tienen, pero llevan siglos obligados al silencio, y a veces da la impresión de que se han acostumbrado. El elitismo, el racismo, el machismo y el militarismo, que nos impiden ser, también nos impiden recordar. Se enaniza la memoria colectiva, mutilada de lo mejor de sí, y se pone al servicio de las ceremonias de autoelogio de los mandones que en el mundo son.
Memoria del fuego Galeano
Cae de rodillas, llora, besa el suelo. Avanza, tambaleándose porque lleva más de un mes durmiendo poco o nada, y a golpes de espada derriba unos ramajes.
Después, alza el estandarte. Hincado, ojos al cielo, pronuncia tres veces los nombres de Isabel y Fernando. A su lado, el escribano Rodrigo de Escobedo, hombre de letra lenta, levanta el acta.
Todo pertenece, desde hoy, a esos reyes lejanos: el mar de corales, las arenas, las rocas verdísimas de musgo, los bosques, los papagayos y estos hombres de piel de laurel que no conocen todavía la ropa, la culpa ni el dinero y que contemplan, aturdidos, la escena.
Luis de Torres traduce al hebreo las preguntas de Cristóbal Colón:
—¿Conocéis vosotros el Reino del Gran Kahn? ¿De dónde viene el oro que lleváis colgado de las narices y las orejas?
Los hombres desnudos lo miran, boquiabiertos, y el intérprete prueba suerte con el idioma caldeo, que algo conoce:
—¿Oro? ¿Templos? ¿Palacios? ¿Rey de reyes? ¿Oro?
Y luego intenta la lengua arábiga, lo poco que sabe:
—¿Japón? ¿China? ¿Oro?
El intérprete se disculpa ante Colón en la lengua de Castilla.
Colón maldice en genovés, y arroja al suelo sus cartas credenciales, escritas en latín y dirigidas al Gran Kahn. Los hombres desnudos asisten a la cólera del forastero de pelo rojo y piel cruda, que viste capa de terciopelo y ropas de mucho lucimiento.
Pronto se correrá la voz por las islas:—¡Vengan a ver a los hombres que llegaron del cielo! ¡Tráiganles de comer y de beber!