A veces leer lo que nos interesa nos hace indagar mucho mas por nuestro interior, en nuestro repertorio emocional y existencial en la cual no hace escribrir, liberar un espacio dia a dia, un espacio en donde la escritura permite que el pensamiento se convierta en “obra”. Es decir que es un instrumento que “transforma nuestro entorno, que hace surgir en él algo que previamente no existía y en el que, de alguna forma, se cambia el mundo en que vivimos”.
La noción de obra nos conduce a identificar una dimensión que consideramos fundamental en los seres humanos: la capacidad que disponemos para que nuestra existencia haga una diferencia”.
El valor de nuestra vida es, a su vez, expresión del valor que ella es capaz de generar más allá de nosotros; de la diferencia que somos capaces de producir en los demás, en el mundo que nos tocó vivir; del carácter del legado que dejamos al vivir”.
Según algunos de los lectores, en Para que el Alma vuelva al cuerpo, los cuentos tienen muchas veces finales abruptos. “Cuando nos estamos cobijando en la descripción de los lugares, todo termina”.Tal vez refleje una manera de ver la vida. Porque muchas veces las cosas han terminado para mi de golpe o porque es cuando nos estamos acostumbrando que se nos hace imprescindible cambiar.
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