Si todo el mundo cumpliera esta ley, el planeta no estaría hoy en tan mal estado. El azul del cielo sería más intenso, los bosques del mundo no estarían en peligro y darían cobijo a miles de animales y plantas amenazados hoy en día. El mar seguiría siendo el paraíso de las ballenas y de todos los seres que lo habitan y una fuente importante de alimento para muchas especies, incluidos los seres humanos.
¿Cómo es posible conseguir todo esto?:
Reducir
Para darle un respiro a nuestro planeta, tenemos que reducir el volumen de productos que consumimos así como el uso de todo aquello que proceda de recursos naturales que puedan terminarse algún día. No olvides que para fabricar productos de todo tipo, necesitamos materias primas, agua, energía, minerales, etc. que pueden agotarse o tardar muchísimo tiempo en renovarse.
* Reducir el volumen de productos no necesarios con los que nos bombardean constantemente en anuncios publicitarios. Elegir los productos con menos envoltorios, y sobre todo los que utilicen materiales reciclables.
* Reducir el uso, en casa, de productos tóxicos y contaminantes, para contaminar menos nuestros ríos y mares.
* Reducir la utilización de bolsas de plástico para la compra. Llévate siempre una de tela o el carrito de la compra.
* Reducir el uso del papel de aluminio.
* Reducir el consumo de productos de usar y tirar. Elige siempre las alternativas de cristal, cerámica o tela.
Reducir el consumo de energía:
Apaga la televisión cuando no la estés viendo.
No dejes abierta la nevera cuando no sea necesario.
Utiliza la bicicleta o el transporte público.
Apaga las luces cuando no las necesites y si hay que comprar bombillas nuevas, procura que sean de las llamadas “eficientes”, que aunque son más caras, a la larga ahorran en el recibo de la luz, ¡además no se funden tanto como las otras!.
En invierno, es conveniente cerrar los radiadores de las habitaciones que no se utilizan y poner el termostato a una temperatura moderada.
Reducir el consumo de agua
Cierra el grifo si no estás utilizando el agua (al cepillarte los dientes por ejemplo).
Dúchate en lugar de bañarte.
Recuerda en casa que hay que arreglar el grifo que gotea, o la cisterna que pierde agua. Gota a gota pueden derrocharse inútilmente, y sin que apenas nos demos cuenta, muchos litros diarios.
Reutilizar
Cuantos más objetos reutilicemos, menos basura produciremos y menos recursos agotables tendremos que “gastar”. Comprar líquidos en botellas de vidrio retornables, es decir, aquellas que se tienen que devolver en la tienda o en el mercado al comprar otras nuevas.
Al utilizar papel para escribir, no escribas sólo en una cara y luego tires la hoja. Utiliza el otro lado para notas, borradores, tomar apuntes, dibujar, etc. También puedes utilizar el papel viejo para envoltorios.
Si en casa tomáis café y utilizáis filtros de papel, propón que se compren filtros reutilizables y lavables. Es más barato y produce menos basura.
¿Te has cansado de tus juegos, o has crecido demasiado para jugar con ellos? En lugar de tirarlos a la basura, puedes regalárselos a otros niños, por medio de asociaciones de caridad, por ejemplo.
La ropa que se te ha quedado pequeña, a lo mejor le puede servir a alguien más pequeño que tú. Recuerda que no todos los niños tienen las mismas oportunidades.
También la madera y los trapos viejos pueden ser aprovechados y reutilizados en otros fines. Busca en tu zona algún sitio donde los recojan.
Reciclar
Consiste en volver a utilizar materiales para fabricar de nuevo productos similares.
Este paso debe ser el último de los tres mencionados. Si no puedes reducir el consumo de algo en particular, ni tampoco reutilizarlo, entonces, al comprarlo, ten en cuenta siempre se ese producto puede reciclarse.
¿Qué es lo que se puede reciclar sin problema?
Papel, cartón, cristal y restos de comida, etc. (para hacer abono orgánico, también denominado compost).
Convence a tu colegio, instituto, lugar de trabajo, para que utilice papel reciclado y también que se ponga en contacto con un servicio de recogida de papel usado. Así no se tirará a la basura todo el papel que se utiliza, sino que podrá volver a tus manos en forma de papel reciclado. Nunca olvides que para que tú utilices papel, ha tenido que morir un árbol. En casa, separa todo el papel y el cartón que iría a la basura (periódicos, cajas, etc.). Investiga cuál es el sitio más cercano a donde puedes llevarlo.
Si no puedes encontrar un producto líquido en un envase de cristal rellenable, sigue eligiendo el vidrio y luego lleva las botellas vacías a un contenedor de vidrio. Pero investiga siempre primero si en la tienda recogen las botellas para volver a utilizarlas. Siempre es preferible “reutilizar”, así no hay que gastar tanta energía en hacer botellas nuevas.