Padre, ¿por qué me has abandonado?
y toda la tierra se ha estremecido.
Ya podemos callarnos, como calla
el Hijo en el silencio de la muerte
Sobran las palabras y los comentarios.
Solo es posible la espera.
Solo la esperanza da fuerzas para vivir.
Hoy no podemos vivir de palabras.
Hoy solo podemos vivir
esperando el fruto de la Palabra.
Danos silencio interior,
danos silencio de corazón,
para vivir esperando lo que Tú quieres.
Danos silencio, para entender
lo que no podremos entender jamás.
Danos silencio de corazón,
para que tu Espíritu remueva nuestro espíritu.
Danos silencio profundo,
para morir a tantas palabras vacías,
que son excusas,
como las del día de la primera caída.
Danos silencio, para caer en la cuenta
de lo que hemos hecho.
Danos, Señor. silencio,
para que podamos vivir
la novedad que está detrás de la noche
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