sábado, 27 de agosto de 2011

Decisión apresurada


Cuando aquella tarde llegó a la vieja estación le informaron que el tren en el que ella viajaría se retrasaría aproximadamente una hora. La elegante señora, un poco fastidiada, compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua para pasar el tiempo. Buscó un banco en el andén central y se sentó preparada para la espera.

Mientras hojeaba su revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario. Imprevistamente, la señora observó como aquel muchacho, sin decir una sola palabra, estiraba la mano, agarraba el paquete de galletas, lo abría y comenzaba a comerlas, una a una, despreocupadamente.

La mujer se molestó por esto, no quería ser grosera, pero tampoco dejar pasar aquella situación o hacer de cuenta que nada había pasado; así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete y sacó una galleta, la exhibió frente al joven y se la comió mirándolo fijamente a los ojos.

Como respuesta, el joven tomó otra galleta y mirándola la puso en su boca y sonrió. La señora ya enojada, tomó una nueva galleta y, con ostensibles señales de fastidio, volvió a comer otra, manteniendo de nuevo la mirada en el muchacho. El diálogo de miradas y sonrisas continuó entre galleta y galleta.

La señora cada vez más irritada, y el muchacho cada vez más sonriente. Finalmente, la señora se dio cuenta de que en el paquete sólo quedaba la última galleta. “-No podrá ser tan descarado”, pensó mientras miraba alternativamente al joven y al paquete de galletas. Con calma el joven alargó la mano, tomó la última galleta, y con mucha suavidad, la partió exactamente por la mitad. Así, con un gesto amoroso, ofreció la mitad de la última galleta a su compañera de banco. ¡Gracias! – dijo la mujer tomando con rudeza aquella mitad. De nada – contestó el joven sonriendo suavemente mientras comía su mitad.

Entonces el tren anunció su partida…

La señora se levantó furiosa del banco y subió a su vagón. Al arrancar, desde la ventanilla de su asiento vio al muchacho todavía sentado en el anden y pensó: “¡Que insolente, que mal educado, que ser de nuestro mundo!”. Sin dejar de mirar con resentimiento al joven, sintió la boca reseca por el disgusto que aquella situación le había provocado. Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó totalmente sorprendida cuando encontró, dentro de su cartera, su paquete de galletas intacto.

Cuantas veces nuestros prejuicios, nuestras decisiones apresuradas nos hacen valorar erróneamente a las personas y cometer las peores equivocaciones. Cuántas veces la desconfianza, ya instalada en nosotros, hace que juzguemos, injustamente, a personas y situaciones, y sin tener aun por qué, las encasillamos en ideas preconcebidas, muchas veces tan alejadas de la realidad que se presenta. Así, por no utilizar nuestra capacidad de autocrítica y de observación, perdemos la gracia natural de compartir y enfrentar situaciones, haciendo crecer en nosotros la desconfianza y la preocupación. Nos inquietamos por acontecimientos que no son reales, que quizás nunca lleguemos a contemplar, y nos atormentamos con problemas que tal vez nunca ocurrirán.

Dice un viejo proverbio… Peleando, juzgando antes de tiempo y alterándose no se consigue jamás lo suficiente, pero siendo justo, cediendo y observando a los demás con una simple cuota de serenidad, se consigue más de lo que se espera.

1 comentario:

Aleja dijo...

Oye Donde Encontraste esa Reflexión Tan Linda :D

Vetusta Morla - Copenhague

frühling in paris - Rammstein

Walking After You - Foo Fighters (subs. español)

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Doğuş - Vur Vur Yüreğime

GREEN GRASS

"Momentos de intenso dolor"

Time

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Causa es un amargo que dulce sinfonía de la vida ... Intente llegar a fin de mes, usted es un esclavo que el dinero luego de su muerte. Voy a tener usted el único camino que he venido abajo ... Usted sabe la que le lleva a los lugares donde todas las cosas que cumplir, sí. Sin cambios, no puedo cambiar, puedo cambiar, puedo cambiar, pero estoy aquí en mi molde, estoy aquí en mi molde. Pero yo soy un millón de personas diferentes de un día para otro ... No puedo cambiar mi molde, no, no, no, no, no, no, no Bueno, yo nunca he orado, Pero esta noche estoy en mis rodillas, sí. Tengo que escuchar algunos sonidos que reconocer el dolor en mí, sí. Me deja brillar la melodía, se deja limpiar mi mente, me siento libre ahora. Pero las ondas son limpias y no hay nadie cantando para mí ahora. Sin cambios, no puedo cambiar, puedo cambiar, puedo cambiar, pero estoy aquí en mi molde, estoy aquí en mi molde. Y yo soy un millón de personas diferentes de un día para otro No puedo cambiar mi molde, no, no, no, no, no, no, no ¿Ha estado alguna vez? Puedo cambiar, puedo cambiar ... Causa es una sinfonía agridulce esta vida. Intentar llegar a fin de mes, tratar de encontrar a alguien después de su muerte. Usted sabe que puedo cambiar, puedo cambiar, puedo cambiar, pero estoy aquí en mi molde, estoy aquí en mi molde. Y yo soy un millón de personas diferentes de un día para otro. No puedo cambiar mi molde, no, no, no, no, no, no, no Tenemos ya el sexo y la violencia melodía y el silencio (¿Alguna vez ha sido hacia abajo) (Yo te tomará por el único camino que he venido abajo)

Amelie

MUJER AMANTE

Linda peli linda musica.

So Long, Lonesome