Surge un poema.
Entre libros
Oigo, leo y entiendo
a los surtidores
de palabras.
Más tarde
las ves temblar
entre los labios.
Mientras tanto,
lentamente se levantan,
y con silencio se alejan,
dejando en su lugar
un pensamiento.
LLega la hora
de dejar el libro
de dejar el pensamiento,
que se convierte simplemente
en este poema.
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